Bruno, un oso futbolista
En un bosque nevado vivía un adorable oso llamado Bruno. Bruno era un gran fanático del fútbol, y a pesar del frío, siempre buscaba la manera de jugar. Un día, mientras la nieve caía suavemente, Bruno tuvo una idea genial: ¡construir una cancha de fútbol en la nieve!
Con sus fuertes patas, Bruno apisonó la nieve hasta crear un campo rectangular. Luego, con ramas y hojas secas, marcó las líneas del campo y las porterías. ¡Ya estaba listo para jugar! Bruno comenzó a patear una pelota de lana por la blanca cancha. Corría, saltaba y chuta, imaginando que era un jugador profesional. De repente, un pequeño conejo blanco salió de su madriguera, atraído por la algarabía.
El conejo, llamado Tomás, nunca había visto algo tan divertido. Se acercó a Bruno con timidez y le preguntó si podía jugar con él. Bruno, feliz de tener un compañero de juego, aceptó de inmediato. Juntos, Bruno y Tomás corrieron por la cancha, pateando la pelota y riendo a carcajadas. A pesar de que el frío los pellizcaba, la diversión los mantenía calientes.
Al final del día, Bruno y Tomás se despidieron con un fuerte abrazo. Ambos habían aprendido una valiosa lección: que la amistad y la diversión pueden florecer incluso en los lugares más inesperados, como en un bosque nevado. Y lo mejor de todo, ¡habían creado un nuevo juego: fútbol en la nieve!
Esa noche, Bruno se durmió con una sonrisa en su rostro. Soñaba con nuevos partidos en la cancha blanca, con Tomás y muchos otros amigos animales. En sus sueños, todos pateaban la pelota bajo la suave luz de la luna, creando un mágico espectáculo invernal.